Fecha: Abril 24 de 2013
Altura: 3012 m s.n.m.
Coordinadas: 4º28'48,3'' Norte
74º7'19.1'' Oeste
Usme (Use-me), expresión chibcha que significa tu-nido, o "nido de
amor", como prefiere definirlo don Gerardo Santafé, persona de la
comunidad que ha recuperado la historia local.
Es el breve pero significativo nombre que sintetiza la historia de
muchos hombres y mujeres que insisten en construir un proyecto de vida digno en
medio de las contrariedades que el caótico desarrollo capitalino depara.
En su historia confluyen importantes capítulos del devenir colombiano:
Usme fue el camino hacia lugares de peregrinación indígena, fue el lugar de
solaz de virreyes y oidores españoles, quienes dejaron huellas, a veces
demasiado borrosas en el imaginario de las generaciones posteriores, al ser
protagonistas de recordados episodios inscritos en lagunas, caminos, montañas y
casas viejas'.
Usme nos cuenta historias sagradas y eventos pasionales; nos habla de
proyectos de vida en la cotidianidad de la pobreza y de gestas de miles de
individuos que no abandonan la esperanza de alcanzar un mundo próximo a sus
sueños después de verse obligados a abandonar sus viviendas, cultivos y
tierras, huyendo de la violencia tan extendida en muchos rincones del país.
Las referencias sobre las prístinas formas de poblamiento en el área del
Sumapaz son escasas. Gracias a las crónicas, relatos de viajes y referencias
indirectas, se ha podido establecer que dichas comarcas eran habitadas por
comunidades indígenas próximas a la gran familia lingüística de los chibchas:
"Los sutagaos(...) se expandieron hasta las heladas alturas del páramo de
la Suma Paz.
Dicha área está circunscrita dentro del espacio de desenvolvimiento de
la civilización muisca. Así, el valle del río Tunjuelo fue entonces uno de los
centros de desarrollo de la cultura asentada en la sabana y aunque
comparativamente marginal, frente a los epicentros de desarrollo económico,
social, político y cultural, ubicados en sectores aledaños, constituye un
importante espacio de desarrollo de las actividades agrícolas de los originales
pobladores del hábitat andino y, sobre todo, un reconocido paso hacia puntos de
peregrinación de los indígenas.
Regiones como el páramo de Sumapaz y en general el valle alto del río
Tunjuelo tienen para la población anterior a la llegada de los europeos un
significado diferente a las regiones más planas, predominantemente agrícolas y
ubicadas en el norte: el páramo es, ante todo, lugar de peregrinación de los
indígenas para la ejecución de las prácticas rituales asociadas a las lagunas y
el agua.
La ausencia de empleo de animales de tiro para dichas faenas impidió el
desarrollo del arado: sus medios tecnológicos se basaban, por tanto, en el
despliegue de la energía humana. Sin embargo, un incipiente desarrollo en tal
sentido se sustentaba en sistemas de explotación respaldados por la acumulación
de conocimientos agrícolas, geográficos y climáticos, el manejo de cultivos
asociados, el uso de canales de riego y terrazas de cultivo.
Ahora bien, con el advenimiento de los conquistadores y posteriores
colonizadores europeos, la organización de la producción agrícola implicó la
ampliación de hábitos de consumo de las comunidades indígenas y la incorporación
de productos y técnicas agrícolas características de la península ibérica.
Entre tales técnicas sobresale la presencia del arado surcador, jalado
por yuntas de bueyes, en el llamado complejo del azadón y el arado rudimentario
(Fals Borda, 1973) que incluía herramientas corno el hacha, la hoz, la pica, el
arado de madero o "chuzo", el machete y otras que reemplazaron de
manera efectiva a las palas de madera y a las hachas de piedra, principales
herramientas agrícolas de cuño indígena.
Tomado de
"Diagnósticos Locales con Participación Social" de la Secretaría de
Salud del Distrito, facilitado por el Archivo Distrital
Entre los
principales impactos relacionados con el uso del suelo y su degradación en las
zonas aledañas al páramo, se consideran las ocasionadas por:
· Ganadería
extensiva: compactación de los suelos por el pisoteo de los animales, es
decir, se pierden los poros por donde transita el agua y el aire generando así
un desequilibrio de la capacidad de retención, almacenamiento y regulación del
agua en el suelo que es una de las principales funciones del ecosistema. El
suelo se compacta tanto que impide el desarrollo de vegetación, procesos de
descomposición de la materia orgánica y la respiración del suelo.
· La
ganadería: Los suelos de los no son aptos para la agricultura, son suelos
que si se destinan para esta actividad requerirán muchos recursos para su
adecuación, para luchar contra la acidez y la pobreza de nutrientes, logrando
así una productividad económica y social sostenible. Desde el punto de vista
ecológico, la agricultura genera impactos adversos en los suelos y por tanto al
ecosistema, afectando sus funciones de regulador del ciclo hídrico en la alta
montaña, en la estabilidad de la tierra, en la pérdida de la biodiversidad y en
los paisajes más espectaculares que posee el páramo.
· El cultivo de papa: Para
inicial el proceso de sembrado de papa, el campesino debe de tumbar y quemar el
frailejón, drena el terreno con profundas zanjas antes de ararlo y además, y
trazar los surcos siguiendo la pendiente, lo que incrementa la erosión y el
movimiento de masas, teniendo efectos mortales sobre el sistema hídrico de la
Sabana, cuyos ríos merman cada día más sus caudales, mientras que la demanda de
agua crece de manera vertiginosa.
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